Pérez, Tito, "Separación de los antiguos ishir". 2009 : Com Indig 14 De Mayo-Karchabalut (Alto Paraguay, Paraguay)

 Interview: id 40379
Interviewee(s)
Language spoken
Ishir
Date of interview
2009
Unique public identifier
ishirTP2009b
Orígen del documento
Subject description
Separación de los antiguos ishir
Transcription
Mi abuelo contaba estas historias, pero yo no escuché muy atentamente. Tenía 10 o 15 años y andaba en otra cosa. Mi padre no es ybytoso, es tomaraha, no es ybytoso. De niño lo trajo como cautivo Basybyke. En aquel entonces, Basybyke ya había empezado sus guerras. Esas guerras empezaron en el tiempo de los ancestros.
En un tiempo antiguo todos los ishir estaban unidos. Pero entonces un ishir empezó a celar a otro y empezó la desconfianza. Cuando uno se iba a cazar, el otro lo seguía. Así. Uno se iba y el otro lo seguía. Hasta que un día encontraron un grupo de jabalíes salvajes. Empezaron a discutir a ver quién largaba su perro. Decidieron largar los dos perros y mataron el jabalí. El que desconfiaba le hizo un gesto a su hijo y entre los dos se lo llevaron. En la aldea, una abuela dijo a la gente: “Cuando aquél vuelva, hay que mirar si su perro viene herido. Si es así, entonces va a haber pelea, todos tienen que esconderse”. Dijo: “Si el perro viene con sangre ¡corran a esconderse! Yo los alcanzo más tarde. Él ya llevará su gente hacia otro lado”. Ahí empezó la división.
El perro llegó con sangre y la gente empezó a desarmar sus carpas para irse de ese lugar. Llegó aquel con su perro herido y fueron a su casa. “Déjame comer tranquilo este jabalí, sino me voy a enojar”, dijo. Empezó a tallar una lanza y dijo: “¡Si alguien me molesta con esta lanza me voy a defender!”, y acto seguido tumbó a la anciana que lo estaba vigilando. Había cubierto la punta de su lanza con una cabeza de pato. Así me contó mi padre. Ahí quedó ese hombre hasta el anochecer.
En la noche la gente empezó a mudarse. El hombre pensaba y pensaba cómo atacar. Él pensaba: “Si nos enfrentamos tal vez gane yo, pero tal vez gane él”. Pensaba: “Quizás mejor competimos en kumchuló [quien tira el palo más lejos] y así lo garroteo con el palo. ¡No! mejor que no. Mejor jugamos Kasy [como hockey] y así le meto el palo entre las piernas y lo tiró lejos. Si, así vamos a hacer. Si, esta es la buena solución. Así lo voy a matar”, pensaba. Así fue. Jugaron pohkorra [el palo se llama kasy] y cuando lo marcaba le metió el kasy entre las piernas y lo tumbó. Así cada uno fue tumbando al otro, hasta que empezó la pelea. Así me contó mi padre. Esa vez se dividieron los ishiro.
Cuando llegó la noche y se estaban acostando. El enemigo durmió en un árbol y pensaba. Miraba hacia el sur, no por ahí no está. Miraba al otro lado, tampoco estaba. El otro lado, tampoco. Miró al oeste y a lo lejos vio a su compañero preparando un asado. Entonces le dijo a su mujer: “Allá tienes que refugiarte. Yo voy a tirar estos tres palos, síguelos y sigue también el ruido del machete con que cortar la carne”. La mujer se fue siguiendo esos palos. El marido, que estaba sobre el árbol, hacía su conjuro para que se encienda ese fuego y guíe a la mujer.
Al amanecer la gente ya iba saliendo de ahí. Llevaban sus cosas, sus carpas, todo. Los cazadores iban adelante mostrando el camino. El cazador dijo: “Me voy a ir hacia Necauta, luego a Nepylyby y ahí nos reencontramos todos”. Y así fue. Se encontraron en Necauta y se abrazaron de felicidad. Dijo a sus compañeros: “¡Vamos a bañarnos!” Y las mujeres querían ir con ellos. Pero una dijo: “Cuidado, mejor no vamos, no sabemos qué va a pasar con esos dos”. Las mujeres se quedaron y los otros dos se fueron al río. Conversaron y se pusieron de acuerdo. “No vamos a pelearnos, dijeron. Pero cada uno irá por su camino”.
Mi padre contaba que aquella vez decidieron separarse. Decían, esto me duele mucho, pero tienes que ir por tu camino y yo por el mío, con el tiempo vamos a olvidar ese dolor. Así fue. Ahí decidieron separarse. Si algún día quieren volver van a ser bienvenidos. Mi padre contaba que aquella vez decidieron separarse. Decían: “Esto me duele mucho, pero tienes que ir por tu camino y yo por el mío, con el tiempo vamos a olvidar ese dolor”. Así fue. Ahí decidieron separarse. Si algún día quieren volver van a ser bienvenidos.
 
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