Cita
A cambio de ello, estos omnipotentes poderes benéficos ofrecen, no sólo en años abundantes, una buena cosecha de frutas y forraje suficiente para burros, ovejas y mulas en el fértil Rincón de Paposo, sino, también, un sinnúmero de vertientes a lo largo del camino, ya sea a nivel del mar y de aguas acumuladas cuidadosamente por tranques, ya sea a cientos de pies de altura en forma de cascadas sólo asequibles al conocedor. El agua de Botija, a 24º48’, es al principio salada, de uso sólo en caso de necesidad. Sigue una serie casi ininterrumpida de aguadas hasta el agua del Junquillar, sombreada por árboles, al pie de la capilla de Nuestra Señora de la Soledad, el único testigo de la sede episcopal que una vez existió en Paposo.