Cita
Como lo dice la evidencia, el desarrollo histórico de Chañaral está ligado con los grandes distritos mineros y especialmente cupríferos. En este sentido, se pueden distinguir cuatro o cinco zonas donde la explotación de cobre fue la actividad económica principal. Ánimas, que fue descubierta en 1827 por Diego de Almeyda y que justamente explica en gran parte el auge del naciente puerto de Chañaral; El Salado, descubierta en 1834 por el propio Almeyda; Carrizalillo, explotada desde 1855 por los hermanos Juan y Román Ossandón; Cerro Negro, descubierto en 1854; y Pueblo Hundido, cuya gran riqueza cuprífera fue incentivada por Pedro Luján desde mediados de los años 50, pero que tuvo su momento de gloria a fines de siglo (Ortega 1899: 72). La zona también contó con algunos minerales de plata como Cachinal de la Sierra y La Florida; además de la explotación de oro en la localidad de Inca de Oro, pero de poca importancia en comparación a la explotación cobrera. ([Apiolaza, 2010, p. 201]