Ríos, María, "Sobre el Sargento Tarija". 2009 : Com Indig Uj'e Lhavos - Filadelfia (Boquerón, Paraguay)

 Interview: id 36820
Interviewee(s)
Interviewer(s)
Language spoken
Nivaclé
Date of interview
2009
Unique public identifier
nivacleMR2009a
Orígen del documento
Subject description
Sobre el Sargento Tarija
Cita o anotación
1 Jan 1910 : los soldados se llevaron al niño Tarija cuando asaltaron una aldea, los antiguos peleaban contra los soldados. Ríos, María (1) : "Se lo llevaron. Lo llevaron. Se lo arrancaron de las manos a nuestros abuelos. Así se peleaban con los tucús. Nuestros abuelos eran fuertes. Nuestros padres pelearon mucho con los tucús. Una vez pelearon y las nivacchéi no tuvieron tiempo de agarrar ese niño, no pudieron llevárselo. ¡Eran bravos los antiguos! Nunca se peleaban entre ellos, sólo a los samtó le tenían odio los antiguos. Ya murieron, ninguno está vivo. Se llevaron aquel niño esos tucús. Nadie los vió, ni sus padres. Estaban peleando en aquella parte mientras el niño... ahí se llevaron a ese niño. Se lo llevaron. Esa gente murió toda. El padre de Payuc es pariente de ese Tarija. Eran bravos nuestros padres, pero igual les robaron al niño mientras peleaban. Así me acuerdo. Si hubiesen tenido armas grandes nos mataban a todos. Pero sólo tenían fusiles. Si hubieran tenido las armas que usan los samtó ahor1915 to 1925 : Tofaai recibía a los otros caciques con abundante chicha y comida. Ríos, María (2) : "Yo me acuerdo cuando mi abuelo Tofaai preparaba su chicha. Así preparaba su chicha y cuando llegaba el momento de tomarla, reunía a los nivacle de todas las aldeas en Fischat. Fischat daba gusto, había mucho choclo, todos tenían, también tenían sandías, melón, zapallo... Esa gente nunca pasaba hambre, nunca comíamos la comida del samtó, solo lo nuestro. También había yiyé [caraguata], pactsejh [docas], novoc [mandioca del monte], ftsu’uc [palma]... que se comían en clo’op [época fría]. También había mucho pescado y se usaba el aceite de pescado. Nadie mezquinaba, comían juntos. En ese entonces no había comida de samtó. Estábamos acostumbrados a comer nuestra comida. Cuando llegaba el ônjhayep [verano, tiempo del poroto del monte], comíamos ônjhayejh [poroto del monte]. Y en la época del fa’ai [algarrobo] comíamos fa’ai. Mis padres hacían depósitos para guardar. Ahí guardaban la harina de algarrobo y otras Cuando se llevaron al niño Tarija, los nivacle se olvidaron de él, no supieron más.. Ríos, María (3) : "De esto me acuerdo siempre, siempre me acuerdo. Hacia aquel lugar se llevaron a ese que le decían Tarija. Cuando fue mayor de edad, ya no se acordaba de su gente. A lo mejor no lo iban a dejar vivo, era un niño. Se lo llevaron de niño mientras sus padres peleaban. Nunca más se supo de él. A lo mejor lo mataron, decían. No sé si habrá tenido hijos o familia."1915 to 1925 : Tsiloco guerreaba contra los pilagá y trajo un cautivo, mi padre.. Ríos, María (4) : "En aquél entonces peleaban con los Ju’uchinjhas [pilagá]. Mis padres se iban al otro lado del bañado para pelear con esos Ju’uchinjhas. Ellos también cruzaban de este lado. Mataban a los Ju’uchinjhas. Ahí estaba mi abuelo Tsiloco. Era jovencito cuando mató por primera vez. Los nivacle decían ¿Quién será ese joven que está matando a los Ju’uchinjhas? De ahí vino mi padre, lo trajeron como lhancume’et [cautivo], él es ju’uchinajh. Por eso muchos me dicen ju’ucinjatche [fem. pilagá], porque mi padre era lhancume’et y esos que ya murieron lo criaron como sus padres. Mi madre es nivacché. Siempre que se iban a pelear traían lhancume’et y ellos también nos quitaban a nosotros."
Transcription
Se lo llevaron. Lo llevaron. Éramos niñas. Estaba también ese que ahora es anciano, también se lo llevaron. Se lo arrancaron de las manos a nuestros abuelos. Así se peleaban con los tucús. Nuestros abuelos eran fuertes. No como estos nuevos. Yo digo siempre, me acuerdo. Estos nuevos ahora entre ellos mismos se pelean o se matan. Antes no era así, en el tiempo de nuestros padres.
Nuestros padres pelearon mucho con los tucús. Una vez pelearon y las nivacchéi no tuvieron tiempo de agarrar ese niño, no pudieron llevárselo.
¡Eran bravos los antiguos! Nunca se peleaban entre ellos, sólo a los samtó le tenían odio los antiguos. Ya murieron, ninguno está vivo. Yo siempre digo, cuando estos jóvenes se pelean, antes los nivaclé no eran así, ya quisiera verlos, a estos jóvenes, si otra gente les apuntara con un arma ¿Qué harían ellos? Siempre se pelean entre ellos. No era así antes, no era así. Sólo con los nivacléichac [indígena, otro que nivaclé] se peleaba.
Por eso, cuando los paraguayos estaban cerca… y peleaban con los tucús, los nivaclé mataban yiclôtajh’in [desertores] cerca del bañado. Los nivaclé eran compañeros de Paraguay. Los otros venían preguntando cómo cruzar el bañado y los nivaclé los engañaban, en la otra orilla ya los mataban. Siempre mataban del otro lado, nunca aquí en la aldea. Los nivaclé decían, vamos a matarlos porque ellos nos odian. Decían aquellos ancianos ¡Ellos nos persiguen! ¡Hay que matarlos ahora! Todos los antiguos murieron.
Éramos niñas cuando se pelearon los paraguayos, es por eso que me acuerdo. Ahora soy anciana. Pienso que ya estoy envejeciendo mucho. Antes era distinto. Yo me acuerdo cuando mi abuelo Tofaai preparaba su chicha. Así preparaba su chicha y cuando llegaba el momento de tomarla, reunía a los nivaclé de todas las aldeas en Fischat. Fischat daba gusto, había mucho choclo, todos tenían, también tenían sandías, melón, zapallo… Esa gente nunca pasaba hambre, nunca comíamos la comida del samtó, solo lo nuestro. También había yiyé [caraguata], pactsejh [docas], novoc [mandioca del monte], ftsu’uc [palma]… que se comían en clo’op [época fría]. También había mucho pescado y se usaba el aceite de pescado. Nadie mezquinaba, comían juntos. En ese entonces no había comida de samtó. Estábamos acostumbrados a comer nuestra comida. Cuando llegaba el ônjhayep [verano, tiempo del poroto del monte], comíamos ônjhayejh [poroto del monte]. Y en la época del fa’ai [algarrobo] comíamos fa’ai. Mis padres hacían depósitos para guardar. Ahí guardaban la harina de algarrobo y otras cosas. Esa harina era muy buena y rica.
Se llevaron aquel niño esos tucús. Nadie los vió, ni sus padres. Estaban peleando en aquella parte mientras el niño… ahí se llevaron a ese niño. Se lo llevaron. Esa gente murió toda. El padre de Payuc es pariente de ese Tarija. Eran bravos nuestros padres, pero igual le robaron al niño mientras peleaban. Así me acuerdo.
Si hubiesen tenido armas grandes nos mataban a todos. Pero sólo tenían fusiles. Si hubieran tenido las armas que usan los samtó ahora nos hubieran matado a todos con esas armas. Es por eso que los nivaclé murieron de viejos y no por los disparos.
Las mujeres ancianas hacían su conjuro Juuvôô [rogativa] ¡Ojalá que mis hijos vuelvan todos! ¡Qué lindo verlos volver! Pero sólo ese niño había robado. Se robaron a ese niño. Mi abuela decía, ¡ojalá que todos vuelvan! y cantaba y hacía conjuros. Por eso mis padres volvieron todos. ¡Les disparaban! Les disparaban, pero no tenían miedo, cada vez se les acercaban más, mi abuela cantaba y hacía el conjuro, y así fue que todos volvieron. De esto me acuerdo siempre, siempre me acuerdo.
Hacia aquel lugar se llevaron a ese que le decían Tarija. Cuando fue mayor de edad, ya no se acordaba de su gente. A lo mejor no lo iban a dejar vivo, era un niño. Se lo llevaron de niño mientras sus padres peleaban. Nunca más se supo de él. A lo mejor lo mataron, decían. No sé si habrá tenido hijos o familia. Siempre me acuerdo. Y también del baile. En aquél entonces peleaban con los Ju’uchinjhas [pilagá]. Mis padres se iban al otro lado del bañado para pelear con esos Ju’uchinjhas. Ellos también cruzaban de este lado. Mataban a los Ju’uchinjhas. Ahí estaba mi abuelo Tsiloco. Era jovencito cuando mató por primera vez. Los nivaclé decían: “¿Quién será ese joven que está matando a los Ju’uchinjhas?” De ahí vino mi padre, lo trajeron como lhancume’et [cautivo], él es ju’uchinajh. Por eso muchos me dicen ju’ucinjatche [fem. pilagá], porque mi padre era lhancume’et y esos que ya murieron lo criaron como sus padres. Mi madre es nivacché. Siempre que se iban a pelear traían lhancume’et y ellos también nos quitaban a nosotros.
 
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